Lo que realmente los engorda son los azucares.
Un profesor de pediatría clínica llamado Robert Lustig en la Universidad de California expone un nuevo descubrimiento con el cual nos muestra el por que engordamos.
Según el profesor Lustig el impuso a comer en exceso y a mantenernos inactivos no es por causa de debilidad, si no por una hormona que se desajusta al comer demasiados azucares, esa hormona se llama Leptina, la leptina es el termostato del apetito.
Al parecer que cuando nosotros comemos la leptina le está indicando al cerebro que ya comió suficiente, su antítesis es la Grelina, que es la que indica al cerebro que debe comer.
Siempre se había pensado que las personas obesas tenían un déficit de leptina, la cual les indicaba que deben de comer a todas horas, pero las personas con sobrepeso tienen una abundante cantidad de leptina.
Entonces ¿Por que si tienen mucha leptina siguen comiendo mucho?
Resulta que la ingesta de azucares satura las células que hay en nuestro cerebro que lee esa hormona, aunque la leptina le mande mucha información a nuestro cerebro, nuestro cerebro no lo detecta y lo que le está diciendo al organismo es que tiene que comer más y más, debido a que nuestro cerebro no recibe la señal de saciedad, comienza un proceso cerebral que inhibe la actividad, para "ahorrar", de ese modo la gente tiene la necesidad de descansar y no hacer actividad.
En resumidas cuentas, el cerebro no detecta la leptina indicando un déficit alimentario y nos lleva al descanso, "impide que nos movamos para generar un consumo de calorías".
Los azucares generan "picos" de leptina que impide la correcta lectura del cerebro, impide la correcta lectura de nuestro estado de saciedad.
Así mismo el profesor Lustig haciendo una serie de experimentos, descubrió que las personas que tienen un daño en el hipotálamo, no podían bajar de peso, de ahí que aunque se coma muy poco no podían adelgazar.
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